He tenido la oportunidad de probar los refrigerios escolares y créeme que dejan mucho que desear. La mala calidad y próximos a la fecha de vencimiento.
El sabor a desabrido a plástico, hace que los niños no ingieran estos manjares indeseables ( por esta razón fue que los probé, mis hijos los llevaron a casa porque esa clase de golosinas no son provocativas para los infantes.
Me imagino que los loables contratistas consiguen en el mercado la materia prima ya para vencerse y entre más barato mucho mejor, para las tortas entre mas harina mejor, pues más les queda; es el tipo de negocio sucio que deja altas ganancias para los contratistas de refrigerios escolares.
Dónde están los organismos de control?
Tenemos que exponer a nuestros niños a comer cualquier cosas que estos desalmados sicarios de la contratación les den?
Pero los niños con gustos de niños, sabiamente desechan este tipo de manjares sin sabor.
Ojala esto no pase desapercibido y que el dinero que invierten los gobiernos sean para llevarlos algo exquisito a seres humanos que se lo merecen.
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